Según llegamos a la casa, todo fue bien, el propietario nos trató genial, en ese momento también avisó de que iba a venir al día siguiente por la mañana a arreglar algo en la piscina, lo entendimos.
No solo se presentó alguna mañana, también alguna tarde e incluso un día apareció a las 2 de la mañana en la casa, según el a “cerrar las gallinas por si venía el lobo”. Básicamente le dio miedo alojar a un grupo de chavales (19 años) y venía a vigilar. Nos hizo sentir bastante incómodos porque sentíamos que podía entrar a la casa en cualquier momento.
Al margen de eso, la casa estaba genial, un jardín enorme, una piscina preciosa, todo súper bien, el propietario dejó bastantes cosas para nuestro uso (que agradecimos mucho) como bolsas de basura, aceite, una lechuga, sal, todo tipo de especias, café, etc. También he de decir, relacionado con el tema de limpieza, que nos dejó una sartén llena de aceite para freír sin limpiar y más utensilios en la cocina sucios.
Por otra parte, le avisamos de que éramos 11 personas, y solo preparo camas para 10, tuvimos que montar nosotros un sofá cama, y no dejo sábanas ni toallas para una persona, revolvimos todo buscándolo y no las dimos encontrado, al final usamos como sabana bajera una colcha.
Por último, cuando estábamos haciendo el check out, nos quiso cobrar la fianza por todos los medios, le dejamos la casa más limpia de lo que la encontramos. Nos quería cobrar 100€ porque se había descosido, por la costura, una hamaca de la piscina, un precio desorbitado, cuando se puede coser. Y también nos quiso cobrar 20€ porque decía que habíamos perdido un mando de la TV, cuando era mentira, ese mando nunca lo habíamos visto. Nos hizo buscar el mando como 20 minutos por toda la casa y al final nos acabamos marchando de la desesperación.
En conclusión, nos fuimos con muy mal sabor de boca y con miedo de que nos sacaran 120€ por dos cosas ilógicas, finalmente no lo hizo. Pero nos sentimos bastante utilizados por ser chavales.