Casa muy adecuada para una familia con niños. En nuestro caso se adaptaba perfectamente a nuestras necesidades, porque tenemos 3 niños y la casa tiene 2 habitaciones dobles y 1 individual. Lo mejor de todo son las vistas a la ría de San Vicente y la playa, y que se puede ir andando al pueblo sin necesidad de estar en el bullicio (aspecto importante dado lo mal que se aparca en San Vicente en verano). Es silenciosa: se puede dormir perfectamente con la ventana abierta y despertarte con el ruido de las gaviotas. La casa no es lujosa, pero tiene todo lo necesario para una estancia agradable; es muy luminosa. Nos gustó tener una cocina separada del salón y con nevera completa (no la pequeña nevera habitual en muchas casas de veraneo), lavadora y lavaplatos.
El propietario, Herwann, atendió todas nuestras necesidades y se preocupó por arreglar de inmediato un par de cosas que no funcionaban sin que se lo hubiésemos reclamado.
En resumen, una muy buena opción para alojarse en uno de los pueblos costeros más bellos de España teniendo al mismo tiempo unas vacaciones tranquilas.